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Vega-C, el cohete europeo que quiere competir contra la flota de Elon Musk


«Ha llegado el momento de una ' ambición europea ' por el espacio. Aquí y ahora», declaraba el pasado mes de febrero Josef Aschbacher, director general de la Agencia Espacial Europea (ESA) durante la Cumbre Espacial Europea, celebrada en Toulouse (Francia). Toda una declaración de intenciones que señalan que el viejo continente no se quiere quedar atrás en la nueva carrera espacial que ya no es solo cosa de las agencias gubernamentales más potentes.

En juego han entrado países a priori, poco centrados en la exploración espacial (como Corea del Sur, India, Israel e incluso España, quien en un futuro tendrá su propia agencia espacial); pero sobre todo empresas privadas muy potentes, como las de los magnates Elon Musk (SpaceX) o Jeff Bezos (Blue Origin), quienes aparte de sus propias naves, tienen acuerdos multimillonarios con diferentes organismos, tanto públicos como privados. Nadie quiere perderse su trozo del pastel espacial.

Independencia espacial: Uno de los objetivos a corto plazo para la ESA es no ser tan dependiente de otras grandes agencias, y para eso son claves las naves y los cohetes propios. Si todo va bien, el próximo miércoles 13, la ESA contará con un nuevo vehículo en su flota espacial: el cohete Vega-C.

Destinado para cargas de hasta 2,2 toneladas (superando en más de media tonelada a su antecesor, el cohete Vega, que lleva operando desde 2012) y 34,8 metros de altura (cinco más que Vega), el Vega-C podrá transportar hasta los 700 kilómetros sobre la superficie terrestre desde decenas de cubeSats hasta un laboratorio que orbitará la Tierra durante unos dos meses, para después regresar y recoger los experimentos en gravedad cero.

«Se trata de un aumento espectacular de la capacidad con respecto a Vega, pero también a un coste reducido», explicaba en rueda de prensa Stefano Bianchi, responsable del departamento de Programas de Vuelo de la ESA.

«Ahora tenemos un lanzador completamente nuevo en el que se ha consolidado lo que teníamos, pero con una reducción radical de su coste por cada kilo enviado». Una mezcla entre los potentes cohetes Ariane (que han puesto de camino al espacio cargas tan delicadas como el telescopio espacial James Webb) y los versátiles Vega.

Cómo es el nuevo cohete europeo: Vega-C presenta una primera etapa nueva y más potente, P120C, basada en la P80 de Vega. Por encima hay una nueva segunda etapa, Zefiro-40, y luego la misma tercera etapa Zefiro-9 que se usa en Vega. También se mejora la etapa superior que se puede volver a encender. AVUM+ ha aumentado la capacidad de propulsor líquido, para entregar cargas útiles a múltiples órbitas según los requisitos de la misión y para permitir un tiempo operativo más largo en el espacio, para permitir misiones extendidas.

El motor P120C hará un doble servicio, con dos o cuatro unidades que actuarán como propulsores adicionales para Ariane 6. «Compartir este componente agiliza la eficiencia industrial y mejora la rentabilidad de ambos lanzadores», afirmaba Bianchi.

Sin duda, lo más llamativo de Vega-C es que tiene diferentes ojivas, a modo de 'cabezales', a las que acoplar diferentes cargas, según la necesidad. El módulo Venus sirve para transportar satélites más lejos de la órbita terrestre baja (por encima de los 2.000 kilómetros de altura; desplegar constelaciones de satélites, dar apoyo a misiones lunares o servicios en órbita. Por su parte, Vampire puede soportar cargas útiles de gran tamaño, de hasta 2,3 toneladas. Para lanzar dos satélites a la vez de tamaño medio, Vega-C cuenta con el módulo Vespa C. Y para transportar hasta 35 cubeSats y hasta 7 microsatélites, la Esa cuenta con SSMS-C. Aparte, en los próximos años se porbará el Space Rider, el laboratorio espacial que volverá a la Tierra después de dos meses en órbita realizando todo tipo de experimentos en microgravedad.

La principal carga útil de este vuelo inaugural será LARES-2 , una misión científica de la Agencia Espacial Italiana (ASI). Una vez en órbita, la trayectoria precisa de LARES-2 será rastreada por láser, desde estaciones terrestres. El propósito de la misión es medir el llamado 'arrastre del marco de referencia', una distorsión del espacio-tiempo causada por la rotación de un cuerpo masivo como la Tierra como lo predice la Teoría General de la Relatividad, de Albert Einstein. Su predecesor, LARES, fue la principal carga útil en el vuelo inaugural de 2012 de Vega.

Seis cubeSats hacen un paquete de carga útil secundario: por un lado, AstroBio CubeSat (Italia) probará una solución para detectar biomoléculas en el espacio; por otro, Greencube (Italia) llevará a cabo un experimento para cultivar plantas en microgravedad; además, ALPHA (Italia) tiene como objetivo ayudar a comprender los fenómenos relacionados con la magnetosfera de la Tierra, como las luces de los hemisferios norte y sur. Aparte, volarán Trisat-R (Eslovenia), MTCube-2 (Francia) y Celesta (Francia), que estudiarán los efectos de un entorno de radiación hostil en los sistemas electrónicos.

Los Estados miembros de la ESA que participan en Vega-C son Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Rumanía, España, Suecia y Suiza.

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